Penúltima semana de rodaje. Condensaremos aquí las escenas del piso de TONI y MONTSE. La localización es el apartamento de Juan Carlos. Nos costó mucho encontrar la calle; al contrario tardamos nada en ponerle el apartamento patas arriba. Yo sólo veía que Juan Carlos de vez en cuando desaparecía para tomar un poco el aire, contar hasta diez hasta que volvía a aparecer sonriente y fresco. Me consta que sólo tomaba el aire. Os podréis imaginar la situación: ALICIA recién salida de la ducha, con el pelo mojado, una toalla anudada al pecho, dejando huellas por toda la casa. Por si las huellas no eran demasiado visibles ante la cámara cogimos un vaso de agua y fuimos esparciendo charcos por todo el pasillo y el salón. Lo que pasó es que luego no identificamos dónde estaban todos los charcos y la huella que quedó no era la de Mireia únicamente. Toda una habitación llena de ropa de ALICIA: bragas, sujetadores, vestidos, calcetines, pañuelos… hasta estaban colgados en la mampara del lavabo y tirados en el suelo. La cocina asediada, el salón lleno de gelatinas que Luis y Akira (los de iluminación) habían dispuesto. La terraza habilitada como cafetería. No sé cómo no ha acabado el día diciendo “esta casa es una ruina”. Mireia cuidaba que la toalla no se le cayera, pero ¿para qué tanto pudor? Total entre “chicas” (Lo que habría conseguido es que gritáramos como locos por toda la casa: “¡arg! ¡Tiene un corte!” aunque no se, dicho a si suena poco gracioso…) Rodamos las escenas de la desastrosa habitación y Mireia tenía que decir, con su perfecto acento argentino, “uh, qué susto”. Primero si lo decía antes de mirar lo que había en la habitación. Luego si lo decía demasiado tarde. Si no se le entendía bien. Si no ponía el acento idóneo. El “uh, qué susto” sonó hasta la saciedad. Bueno, eso de sonar es un decir, porque luego resultó que el micro estaba conectado a una entrada errónea y tuvimos que repetirlo todo desde el principio. Ese sí que fue un gran susto.
Cantando algo de lírica para relajarnos fuimos a la cocina. En uno de estos viajes que hizo Juan Carlos llegó con bolsas del súper y se puso a meter los productos en la nevera.
- ¿Qué hacéis por aquí? ¿Estáis preparando alguna escena del salón? ¿Todo va bien?
- Juan Carlos- dijo Giuseppe, -estamos rodando en la cocina y te has metido de lleno en la escena.
Necesitábamos una cafetera y le mandamos a comprar una al bazar de la esquina con instrucciones para cuando tuviera que volver a casa. Después de comer nos desplazamos a la habitación de TONI. Si fuera poco Juan Carlos había preparado un catering de rechupete y lo nombramos cocinero permanente de la serie. Todavía no ha aceptado. En su habitación, TONI debía chatear y cotillear perfiles (previamente seleccionados) de ciertas páginas web. La cámara estaba en el exterior, el micro en el interior. TONI delante del ordenador. Necesitábamos las voces en off de MONTSE y ALICIA así que, como en el 23 de febrero, ¡todos al suelo! Babeth y Mireia se escondían tras la silla y más tarde tras la puerta, que sonaba un off real. Y yo estirado en el suelo, micro en mano, captando el diálogo.
- ¿Cierro la puerta del todo?- consultaba Babeth.
- No, abierta del todo- comenta Giuseppe.
Y abierta, como el iris, se quedó mi cabeza al ser golpeada con la puerta.
Llegó Toni Duque aka el hombre polla. Iván Bertrán, como hay que hacerle un menú especial, no comió en el apartamento y se perdió su llegada, que ya había creado bastante expectación durante la mañana. Cuando Iván reapareció le dijimos que había alguien que le esperaba en el cuarto de baño para ser maquillado de cuerpo entero. Al descubrir quién era (y descubrirle desnudo, claro) no tuvo otra salida que recibirle con una genuflexión y decirle que estaba encantado de conocerle, echándole mano al órgano que le da el alias (no esperábamos menos de él).
Toni Duque se pasó toda la tarde con una toallita sujetando su miembro, observando el rodaje de las chicas, ayudando a anudarle a Mireia la prótesis, y llegó su escena. Nunca preparar un café fue tan aplaudido, tan seguido y tampoco tan largo (y no hablo de centímetros). Ya cayó la noche cuando rodamos la escena de los tres protagonistas en el salón. TONI chateando, que así es su personaje, y las chicas en el sofá acarameladas e iniciando lo que podría ser una bonita amistad, como diría Claude Rains. Mañana a ver en qué acaba todo esto.Cenzo Álvarez De Haro
Espero que esto no sea el reflejo que dice la serie que pretende mostrar de la cultura gay porque en el ambiente que yo voy las lesbianas no son todas guapas (mas bien son camioneros) y los gays huyen de mostrar tanta pluma (aunque yo voy por bares de osos, y solo he visto una aproximación a un oso en los personajes). Espero que cuando salga este chula, se que ni de lejos va a superar a una reversión de alto presupuesto como es QAF pero desde entonces no he visto nada que me llame la atención en series... ¡Animo y suerte!
ResponderEliminarJolín, jamás pensé que los sustos fueran tan difíciles!!!
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